Por ello, este debut tardío y la experiencia acumulada como docentes, nos tiene que llevar a definir desde el minuto cero nuestra identidad digital, identidad que nos acompañará a lo largo de nuestra etapa docente, y que se desarrollará y evolucionará paralelamente a nuestra identidad personal.
La identidad digital se defina como la imagen que proyectamos de nosotros mismos en los soportes digitales (redes sociales, blogs, sitios web...), ello va a redundar en cómo nos perciben los demás, la imagen que proyectamos al mundo y en definitiva nuestra propia reputación.
Pensar hoy en día que nos podemos mantener al margen de Internet no tiene sentido y más bien tenemos que ser muy responsables con todo lo que subimos a la red, trasladamos a nuestros alumnos en blogs, comentamos con nuestros compañeros en foros. Todo ello se asociará a nuestro nombre, apareciendo en los buscadores y permaneciendo en los mismos, nos guste más o menos, a lo largo del tiempo contribuyendo a que los demás se hagan una idea de cómo somos.
Nos movemos en un espacio digital donde las barreras no existen y el eco de cualquier información puede traspasar todos los límites geográficos en cuestión de minutos. Ser y estar en la Red conlleva unos riesgos que debemos controlar y para ello, debemos conocer el medio en el que nos movemos e interiorizar la identidad que queremos construirnos.
Nuestro reto como docentes, pasa por la responsabilidad de formar y educar en una sociedad donde la cultura digital se ha convertido en un elemento curricular indispensable.
Para finalizar, recomiendo la siguiente ponencia interesante y amena que aporta un vértice más para nuestro universo educativo.
Cultura digital y prácticas creativas en educación. Tíscar Lara
Educación. La identidad digital la construimos nosotros mismos.
El docente total: identidad digital, desarrollo profesional y otras aventuras cotidianas. Fernando Trujillo